martes, 30 de octubre de 2012

DUAL. CARLOS GARCÍA GONZÁLEZ


Carlos García González  inaugura la exposición DUAL:


Dual  es una exposición que consta de cuatro proyectos en los que una misma idea se representa mediante dos formatos distintos. Cada uno trabaja una misma realidad desde dos técnicas o desde dos campos diferentes, como si ambos documentos finales intentaran acariciar un concepto sin ninguno representar enteramente al mismo.
La exposición se compone de 11 lienzos y 11 dibujos digitales impresos, 11 canciones escritas por el grupo de música Kuve y 11 dibujos de técnica mixta, 11 microhistorias y 11 ilustraciones, 11 siluetas y 11 peceras con 11 esculturas de madera negra.
88 documentos que se estructuran en cuatro secciones que trabajan con la relación entre dibujo & palabra, dibujo & música, dibujo & pintura y dibujo & madera negra, siguiendo el concepto platónico de que cada pieza sólo es la sombra de alguna idea.

Miércoles 31 de octubre en la Función Lenguaje, c/ Doctor Fourquet 18, Madrid, a las 21.00 horas



lunes, 29 de octubre de 2012

Sobre el cementerio de San Isidro


Artículo publicado en EL PAIS por  el 27 de octubre de 2012

"Morir con arte"
No desentonará con sombrero de copa y sombrilla. Visitar la necrópolis de San Isidro supone pasear entre lo más selecto de la sociedad madrileña del siglo XIX. Banqueros, marqueses y artistas ocupan las tumbas. Por eso no sorprende que Almudena Moreno, responsable de la llamada Sacramental de San Isidro, venga tan elegantemente vestida, pieles incluidas: “Aquí no se enterraba a cualquiera: había que entrar muy recomendado. Hoy ya se ha abierto al público general”, expone la solemnidad del camposanto.
Con motivo del día de los difuntos, el cementerio organiza visitas desde el 27 de octubre al 4 de noviembre guiadas por una historiadora que repasa los panteones y ángeles lánguidos más destacados del enclave, un discreto montículo al sur del Manzanares —el cerro de las Ánimas— convertido en reserva de la arquitectura romántica de mayor calidad. El hoy considerado cementerio más antiguo de Madrid nació en 1811 como resultado de una cédula de Carlos III que obligaba a sepultar los cadáveres fuera de la ciudad para limitar las epidemias. Comenzó por enterrar a miembros de la cofradía del santo, pero se fue abriendo a personalidades de la nobleza y la altísima burguesía. Allí descansa una parte considerable de los que han tenido poder y ganas para construir Madrid tal como es. En él se encuentran los restos del marqués de Salamanca. Por si quieren presentarles sus respetos, también existe una zona en la que comparten espacio muchos de los grandes constructores españoles. Notablemente, el señor Banús —promotor del puerto con su nombre y del Valle de los Caídos— mora bajo un alto pináculo neogótico.
Los nueve patios del cementerio se disponen en terrazas. El más nuevo permite aún enterramientos, en los demás, al ser Bien de Interés Cultural, no se pueden realizar modificaciones (“hasta los cipreses están protegidos”, explica Moreno, que amablemente nos hace de guía), aunque las familias propietarias de los nichos sí que pueden retirar cuerpos y sustituirlos por más jóvenes.
“Nosotros queremos una visita elegante, nada de morbo”, explica Almudena con una voz ligeramente ronca que le da toda la autoridad del mundo. No quiere saber nada de zombis ni historias de Halloween y se resiste a contar anécdotas de los enterrados. Solo da algunos detalles sobre el panteón del doctor Velasco, un caballero con unas ideas muy discutibles de lo que un padre debe hacer con el cadáver de su hija. El periodista ve varias criptas abiertas y pregunta mezquinamente por ellas, pero no hay forma: “Es para evitar que se condense humedad”, responde Almudena, decidida a no dejar un resquicio al misterio.
Los cementerios generan nostalgia: la retórica del “polvo eres”, el ubi sunt… Todas esas cosas que recorren la mente del lector de un diario al leer informaciones sobre la sanidad y la educación públicas. En San Isidro quieren romper ese manto trágico y promocionar sus instalaciones como museo al aire libre y rincón para el paseo y la contemplación. Argumentos artísticos no faltan. Todos los estilos de la arquitectura decimonónica se concentran en sus calles: neoclásico, neorrománico, neogótico, neobarroco, bizantino, ecléctico...

Una metrópoli funeraria

Con 49.000 cuerpos, se trata de una ciudad de los muertos patricios levantada por los mismos arquitectos que transformaron el oscuro Madrid medieval en una población ajardinada y de ensanches luminosos: Velázquez Bosco, el marqués de Cubas, Ortiz de Villajos, Arturo Mélida, Segundo de Lema, Repullés... Las grandes familias quisieron culminar su obra terrenal contratando una demostración de poderío. Muchas veces, mientras trabajaban en obras en el Madrid de los vivos, los arquitectos experimentaban con soluciones más osadas en casa de los ausentes. El resultado son un puñado de construcciones tan peculiares como el panteón de los marqueses de Amboage, atravesado por un pararrayos y con un tejado cerámico.
El proyecto de promocionar San Isidro no es un arranque visionario. Las necrópolis de numerosas capitales son un reclamo turístico. Ahí están los fabulosos cementerios parisinos (el cimetière des chiens, para mascotas, es una de las debilidades de los versados en la materia), el Staglieno en Génova o el judío de Praga. La Unión Europea se ocupó de reunir los más conocidos y algunas joyas para paladares selectos (elcolorido y extravagante Vesel de Sapata, Rumania) en una ruta de turismo funerario que incluye ejemplos españoles como Granada, Barcelona, o la Almudena de Madrid. “La verdad es que se nos pasó lo de la ruta”, confiesa Moreno.“Pero cuando me enteré, decidí que hay que abrirse al mundo”.
En San Isidro no hay inquilinos mediáticos. No se ven lápidas autografiadas con besos de lápiz de labios, no hay mate caliente como sobre la tumba de Cortázar en Montparnasse. Sin embargo no faltan ni los toreros (el Frascuelo) ni personajes populares de historia trágica, como la cupletista La Fornarina, lavandera en el Manzanares hasta que saltó a la fama, intérprete de Clavelitos y estrella prematuramente fallecida. El camposanto también ha permitido convivencias felices e inesperadas, como la de —a muchos metros de distancia— la duquesa de Alba y Pepita Tudó. Dos mujeres, la noble y la amante de Godoy, a las que distintas versiones les atribuyen el posado de las majas desnuda y vestida de Goya. El propio pintor estuvo enterrado en San Isidro unos años antes de su traslado a San Antonio de la Florida.
“Mantener todo este patrimonio es muy complicado”, se lamenta Moreno. El cementerio se ocupa de las zonas comunes, pero no de los mausoleos. “Muchas familias ni saben que tienen esto, y otras ya se han extinguido”. El aspecto del cementerio en algunos tramos es deslavazado. La decrepitud amplifica el efecto romántico, pero en algunos tramos es demasiado evidente. Esculturas decapitadas, vegetación selvática devorando algunas lápidas... Todo contribuye a convertir la morada de los señores madrileños en un monumento al olvido y la decadencia. Un gran conjunto escultural de Agustín Querol es quizás el ejemplo más llamativos. La pieza es espectacular, pero está muy dañada porque la piedra caliza resiste mal el tiempo. “La familia creo que ya ni existe”, cuenta Almudena. “Yo tengo guardadas un par de cabezas para restaurarla algún día”, cuenta midiendo de reojo el nivel de morbo que la afirmación produce en el redactor. En medio de las figuras sin rostro por la humedad, solo sobreviven los rasgos de una mujer con un bebé en los brazos, a salvo de la erosión por el milagroso paraguas protector del ala de un ángel.
Las subvenciones públicas han servido para restaurar alguna zona, pero esa posibilidad ya ni se contempla. El futuro de espacios de este tipo tampoco es luminosos. “Es una pena que estos sitios ya no se repitan”, abunda Almudena. “Las nuevas generaciones son más prácticas y recurren a la incineración. Todo se ha encarecido mucho, a pesar de que aquí haya nichos a perpetuidad a partir de 1.000 euros”.
El paseo continúa entre curiosidades como un sarcófago que unos ángeles suspenden por cadenas en su ascensión hacia el cielo, o piezas con la serena belleza del Ángela de Monteverde en el panteón de la familia La Gándara. Preocupados por la afluencia, en el cementerio viven estos días pendientes del parte meteorológico, conscientes de que un poco de lluvia dará prestancia escénica al paseo, pero demasiada significará que los señores se van a quedar con sus mejores galas esperando a las visitas mientras se enfría el té.
Al acercarnos al panteón de los duques de Denia salen proyectadas de su interior un par de piedras. ¿Al fin el elemento sobrenatural? En absoluto: las ha lanzado desde dentro la señora que se ocupa de limpiarlo. La música de su radio suena mientras Almudena muestra en el interior del mausoleo el Cristo fusilado esculpido por Mariano Benlliure: una figura en mármol que se llevó un tiro en el pecho cuando durante la Guerra Civil el cementerio fue escenario de batallas y gran parte de las piezas de bronce se robaron para fundirse.
La señora de la limpieza es parte de las cinco familias que viven en el recinto. Ellas son responsables de los destellos de vida que lo pueblan, como los gatos que corretean entre las tumbas. “Se encargan de vigilar y de que no entre gente a hacer tonterías: aquí queremos visitantes sean respetuosos”, cuenta Almudena en el patio quinto, uno de los puntos más altos del paseo y dueño de unas fastuosas vistas de Madrid, con el estadio Vicente Calderón a solo unos metros de distancia.
La visita llega a su fin. La anfitriona se despide en la puerta, junto a la ermita. Antes de salir al tráfico, volvemos la cabeza atrás una última vez para despedirnos de los señores con la esperanza de que, la próxima vez que nos veamos, a todos nos vayan un poco mejor las cosas.

FOTOGALERÍA

Nueva sede de la Fundación Botín en Madrid

Artículo publicado en Arqutiectura Viva el 23 de octubre de 2012

Un antiguo edificio industrial situado en el corazón del barrio de Salamanca alberga la nueva sede de la Fundación Botín en Madrid. Se trata de un edificio catalogado, construido en 1920 por Gonzalo Aguado, que fue durante décadas una fábrica de platería y, en los últimos años, rehabilitado por Enrique Bardají, acogió la sucursal madrileña de la tienda de diseño y decoración Vinçon. El objetivo del proyecto para la Fundación Botín, llevado a cabo por MVN arquitectos —Emilio Medina García y Diego Varela de Ugarte— en colaboración con el interiorista Juan Luis Líbano, ha sido recuperar la singularidad de la nave original consiguiendo un espacio que mantuviera la esencia de su carácter industrial. Para ello la intervención descubre la estructura original de acero y fábrica de ladrillo, transformada en las actuaciones anteriores, y la expone abiertamente junto con los acabados de nueva ejecución, principalmente en madera de roble, acero y vidrio. El proyecto recupera asimismo la entrada de luz natural en todo el edificio, una luz que se convierte en argumento principal de la rehabilitación: se abren huecos en fachada antes tapiados; se recuperan lucernarios que permanecían cerrados; y se recorta la estructura interior para conectar las dos plantas principales con un atrio en el vestíbulo de acceso. La planta baja acoge las actividades destinadas al público, y se configura como un espacio diáfano, modulable y flexible. La planta primera funciona como área de gestión de la fundación, con una zona diferenciada para reuniones y un amplio y luminoso espacio abierto bajo la estructura original y los nuevos lucernarios; ambas zonas se organizan en torno al nuevo hueco abierto y la linterna que corona este espacio sobre el atrio. El único espacio cerrado que requiere el programa se resuelve con una caja de vidrio y mínima estructura, casi exenta como un objeto más del mobiliario, que permite mantener la identidad del espacio completo.

Ver noticia en arquitectura viva.com


Sobre el Bernabéu


El futuro Santiago Bernabéu ya está en marcha: Florentino ya ha elegido el nuevo estadio

Artículo publicado el EL CONFIDENCIAL el 29 de octubre de 2012

A tres semanas de la elección definitiva, El Confidencial está en condiciones de adelantar el nombre del proyecto ganador de la reforma del Santiago Bernabéu y puede mostrar cómo será el nuevo templo de los madridistas a partir de 2016, momento en el que la reforma del actual estadio deberá estar terminada. El ganador es el proyecto presentado por el estudio alemán GPMArchitekten, secundado por los estudios L35 y el español Ribas. (Vea álbum de todos los proyectos).

Florentino Pérez se presentará a la reelección, acudirá a la cita con las urnas del próximo mes de junio para dar forma a un nuevo mandato como presidente del Real Madrid. Las dudas han desaparecido. Por delante tiene el reto de pasar a la historia como el presidente que hizo una nueva Ciudad Deportiva, algo que ya hizo en su anterior etapa, y como el que construyó un 'nuevo' estadio, un 'nuevo' Bernabéu. 
Se presentaron cuatro proyectos. El de los creadores de los principales estadios de la pasada Eurocopa, empezando por el de Kiev, o los del Mundial de Sudáfrica como el de Port Elisabeth o Ciudad del Cabo, ha convencido a la directiva blanca por encima de las alternativas presentadas por Norman Foster y Rafael de la Hoz; Populous y Lamela; Herzog y Rafael Moneo. El proyecto no está cerrado al ciento por ciento y los arquitectos tendrán seis meses desde el momento en el que se haga oficial la elección (mediados de noviembre) para modificar algunos aspectos del mismo. 
La propuesta de GPMA tiene como principal argumento una piel que rodeará el estadio y la separará de la zona comercial que irá ubicada en La Castellana, zona en la que el recinto madridista ganará en volumen y majestuosidad. El titanio será el principal elemento en el exterior del nuevo recinto madridista. En los bajos de la zona comercial se construirá un parking con una capacidad de 500 plazas. La actual Esquina del Bernabéu pasará a ser una zona verde. A diferencia de otros de los proyectos, el de GPMA apenas supondrá incremento alguno en el aforo del estado, aspecto que podría sufrir alguna variación. Eso sí, los rectores blancos no quieren un estadio con una capacidad superior a las 85.000 localidades.
El coste de la obra de remodelación que se iniciará el próximo verano (tan solo falta el permiso de la Comunidad de Madrid) se estima estará situado en los 250 millones de euros. El presupuesto hecho por los rectores del club hablan de un crecimiento, cuando el nuevo estadio esté en marcha, de unos 50 millones de euros más de ingresos por temporada por la explotación comercial, zonas vips y otras posibles fuentes de ingresos por la explotación del estadio.
Al margen del lavado de cara del Bernabéu, Florentino Pérez tiene previsto inaugurar otros dos proyectos y sueña con un tercero. Los dos primeros son la residencia para la cantera (120 plazas) y el de un hotel para las concentraciones del primer equipo (60 habitaciones). Ambos estarán ubicados en Valdebebas y podrían estar operativas el próximo verano. La tercera idea es la de la construcción del parque temático en la Ciudad Deportiva, idea que sigue viva en la mente del presidente blanco.

martes, 23 de octubre de 2012

JORNADA SOBRE ALEJANDRO DE LA SOTA EN EAUCLMT


La eauclmT, Escuela de Arquitectura de Toledo, desde la Cátedra Miguel Fisac fruto del convenio entre laFundación LAFARGE y la UCLM dentro de la V Semana de la Arquitectura de Toledo, en colaboración con el Colegio de Arquitectos de Castilla – La Mancha, demarcación de Toledo, organizan la jornada abierta, de tarde, dedicada al arquitecto Alejandro de la Sota el próximo 25 de octubre.

Alejandro de la Sota fué una figura esencial de la arquitectura española del siglo XX. Tanto para los alumnos de la Escuela como para Toledo es una oportunidad única poder contar con la muestra completa de la obra de esta figura fundamental.

PROGRAMACIÓN:

17:30 Inauguración exposición “La obra de Alejandro de la Sota” con la presencia de Miguel Ángel Collado Rector Magnífico de la UCLM e Isidoro Miranda Presidente de Lafarge España. 
Lugar: Tallerón de la Real Fundación de Toledo, Plaza de Victorio Macho 2.

18:30 Conferencia “Una semblanza de Alejandro de la Sota”, arquitecto Manuel de las Casas, con la presentación a cargo del Presidente de la Demarcación de Toledo CoacmT
Lugar: Sede del Colegio de Arquitectos de Toledo,  C/ Santa Úrsula 11

18:45 Conferencia “El Gimnasio Maravillas”, arquitecto José Manuel López-Peláez
Lugar: Sede del Colegio de Arquitectos de Toledo,  C/ Santa Úrsula 11

19:30 Inauguración exposición de maquetas y dibujos “Alejandro de la Sota”.
Comisario: Rodrigo Pemjeam 
Lugar: Sede del Colegio de Arquitectos de Toledo, C/ Santa Úrsula 11

lunes, 22 de octubre de 2012

Tras el tsunami de la crisis


Artículo publicado por  el 20 de octubre de 2012
Los dueños de un piso que el deconstructivista Thom Mayne —premio Pritzker— levantó en Carabanchel para la Empresa Municipal de la Vivienda de Madrid han tenido que elegir entre poner un sofá en el salón-recibidor o poder entrar en casa. Parece una broma que el inmueble esté ubicado en la calle del Patrimonio de la Humanidad, pero no lo es que edificios invivibles retraten a sus autores mejor que obras monumentales. Con todo, son muchos los arquitectos sin burbuja: la mayoría no contribuyó a hinchar la pompa inmobiliaria que ha hundido el país, aunque, eso sí, todos los proyectos urbanísticos fraudulentos lleven la firma de un arquitecto. Así, asumiendo la culpa de unos pocos, el grueso de la profesión se adelantó a la sociedad española para entonar el mea culpa y admitir “haber vivido por encima de sus posibilidades”. Ha sido un error. “También lo es seguir agachando la cabeza”, opina la arquitecta Victoria Garriga.
Tras la inicial autoinculpación, cada vez son más los proyectistas que no aceptan la responsabilidad que se les atribuye como colectivo. No haciéndolo creen ser más honestos con la sociedad. España y el mundo están llenos de arquitectura que no ha nacido para acoger la vida de las personas, sino para blanquear dinero o proporcionar beneficios inmorales. No hay código deontológico ni juramento hipocrático en esa profesión. La ética es un asunto personal. En ese escenario, muchos han reivindicado que la burbuja inmobiliaria no fue tanto un asunto de arquitectos sin escrúpulos como de constructoras —todas las que levantaron edificios malos o permitieron blanquear ingentes sumas de dinero—, políticos —que recalificaron terrenos para lucrarse— y bancos —que pusieron los medios que ahora debemos reponer entre todos.
Es evidente que hubo arquitectos que pusieron su firma a proyectos mediocres. También que la corrupción caló entre la arquitectura que se pretende de vanguardia. La ha habido en la de instituciones: de laSGAE a Palma Arena. Cuando las cuentas no cuadran, siempre hay un edificio de por medio para facilitar el desvío de fondos. Ante un panorama así, la arquitectura como disciplina que refleja las aspiraciones de una sociedad, y a la vez sus realidades sociales, no puede permanecer inmune. No puede ser la misma. También ella se está transformando.
Adiós a las modas
La época faraónica ha quedado atrás y, en Europa, esta debacle parece haber roto el círculo vicioso que, en la última década, emparentó la arquitectura con la moda. Se habían ido equiparando los tiempos, la lógica empresarial y hasta el vertiginoso ciclo de consumo de las dos disciplinas. “¿Usted nos hará un edificio o una fachada?”, cuenta otro Pritzker, el portugués Eduardo Souto de Moura, que le preguntaron en Barcelona cuando se hizo cargo de un edificio de viviendas. “Por lo visto, estaban dispuestos a admitirlo todo”, dice. Es cierto que los edificios envueltos como regalos, como los que Toyo Ito firmó en la Feria de Barcelona, parecieron proliferar para aumentar el precio del suelo. “Un edificio depende del dinero y de las prisas. Piense en un hombre que va al gimnasio. Tiene un cuerpo musculado y es lógico que quiera mostrarlo. Quien no lo tiene es lógico que se vista y disimule las imperfecciones de su cuerpo”, explicó a este periódico el japonés. Ese tipo de inmuebles hoy han caído en desuso en nuestro país. Se han convertido en testigos incómodos de la época del despilfarro. Pero con ellos, también las teorías que buscaban justificar la arquitectura en campos filosóficos o literarios han quedado tocadas. La realidad se ha convertido en la mejor teoría para abordar un proyecto.
Esto no quiere decir que la arquitectura se haya vuelto cohibida. Todo lo contrario, significa que se puede explotar la imaginación para conseguir resultados verdaderos, y no solo formalmente, transformadores: socialmente comprometidos. El debate arquitectónico que discute la oportunidad de las cubiertas facetadas o los bucles se desmonta ante necesidades reales. ¿Acaso no existían esas necesidades antes de que estallara la crisis? Sí, pero tal vez no hubiese interés por verlas, capacidad para abordarlas y necesidad de hacerlo por parte de la clase arquitectónica. Los nuevos arquitectos no ven obra de caridad —sino trabajo y también derechos— en el diseño de un comedor social o de un huerto comunitario.
El comedor infantil que el estudio sevillano Lapanadería ideó para cuatro colegios andaluces no tiene rejas. Construido con tableros de madera y chapas de acero prefabricadas, recibe luz cenital y es también económico: fácil y rápido de montar. Hace un año ganó el Premio Arquia Próxima que concede la Caja de Arquitectos y puso sobre la mesa el tema de la prefabricación, algo que nunca gozó del interés de los arquitectos españoles. Hoy las casas pasivas —que acumulan la energía que consumen— que Josep Bunyesc ha levantado en Lleida oel premiado hotel Aire de Bardenas de López y Rivera han demostrado cómo la prefabricación puede lograr arquitectura a medida con riesgos y precios controlados. Tipológica, material, formal y políticamente, las cosas están cambiando.
No solo la arquitectura, también la profesión de arquitecto se ha transformado. La crisis ha acelerado un proceso de mutación que afecta a los proyectistas como trabajadores, a los edificios como servicio y a los monumentos como lo que son: excepciones.
El giro social
Colectivos españoles como ZuloarkPaisaje Transversal o los pionerosRecetas Urbanas tienen intereses más amplios que la construcción de edificios y una preocupación por la vida de sus conciudadanos que les lleva a encarnarse en la figura del arquitecto social. Entre estos colectivos, Santiago Cirugeda (Recetas Urbanas) ha extendido su escuela al compartir, vía Internet y libre de derechos, todo un manual de vacíos legales con los que es posible construir temporalmente para solucionar problemas urbanos. Por su parte, con menos de treinta años de edad, los integrantes de Paisaje Transversal, más que recurrir a las leyes, hablan con la gente y recuperan el diálogo perdido en los setenta para incitar a una transformación colectiva. Así, en el barrio madrileño de Virgen de Begoña, han movilizado a la asociación de vecinos para construir huertos comunitarios en los que estudiantes y ancianos gestionan una escasísima ayuda municipal y se responsabilizan de su mantenimiento.
“Uno cuida aquello por lo que se ha esforzado”, opina Jon Aguirre, de Paisaje Transversal. Con la participación ciudadana, sin embargo, ocurre algo similar a lo que sucede con la ayuda de los voluntarios. ¿Pueden suplir a los servicios sociales? ¿Pueden los Consistorios descuidar competencias amparados en el esfuerzo ciudadano? El peligro de que las Administraciones deleguen sus obligaciones amenaza la credibilidad y, por tanto, el futuro de esta vía esforzada para mejorar barrios que ha llegado a resolver conflictos raciales (sembrando huertos en Londres para una población de inmigrantes) y ha funcionado para integrar colectivos de diversas edades, intereses y procedencias (en Madrid, con vecinos unidos por la petición de espacios públicos en solares abandonados como Esta es una Plaza de Lavapiés).
Pobreza en el museo
Las acciones ciudadanas voluntarias y voluntaristas contrastan con el cinismo del último premio que la Bienal de Venecia concedió a la Torre David, un “rascacielos de favelas” ubicado en Caracas. La torre, de 45 plantas, fue abandonada hace dos décadas y ocupada hace unos años por más de tres mil personas. Desde entonces ha sido escenario de asesinatos y secuestros, además del cotidiano hacinamiento de las familias que viven allí sin agua ni gas. Es un monumento al fracaso de las políticas sociales y urbanísticas. ¿Es eso lo que premió un jurado presidido por el holandés Wiel Arets en Venecia? ¿O acaso era el excelente reportaje fotográfico de Iwan Baan, capaz de transformar en reivindicación lo que no es más que el retrato de un desastre? La crisis también ha abierto una puerta, sumamente peligrosa, que conecta la arquitectura con las salas de los museos.
Así, la “artistización” de la arquitectura podría estar convirtiéndose en la nueva arquitectura espectáculo. Tratar temas sociales con la distancia de un pedestal ya es lenguaje habitual en el arte de las últimas décadas, capaz de exponer sin pestañear la ingeniosa chabola de un sin techo en un museo al tiempo que blinda el edificio para que ningún sin techo pueda dormir cobijado bajo su escalera. Esa hipocresía separa hoy la calle de nuestros centros culturales. Exponer el problema de la falta de vivienda como una obra de arte es una derrota para la arquitectura. Cuando una reivindicación entra en un museo se institucionaliza. Queda desactivada.
Reparar también es construir
Frente al folio en blanco de la obra de nueva planta, la autocrítica y la respuesta humilde. Son muchos los arquitectos que, como Bopbaa, los autores barceloneses de las tres ampliaciones del Museo Thyssen, comparten que “solo cuando hayamos recuperado los mínimos podremos aspirar a más”. Desde esa voluntad resulta clave la educación para el mantenimiento: la recuperación de muchos edificios va de la mano de paseos que reviven —como las márgenes de los ríos Ebro, Guadiana o Manzanares, saneadas como parques urbanos a su paso por Zaragoza, Mérida o Madrid— y de calles que se reconquistan para que el ciudadano pasee o pedalee. “No necesitamos nada más. La arquitectura de los últimos años se ha contagiado del ritmo frenético de la sociedad de consumo. Los edificios que invaden las ciudades y nadie critica en la prensa nos retratan como sociedad”, opina Paul Goldberger, que recibió el Premio Pulitzer como crítico de arquitectura de The New York Times.
Goldberger llama a la reparación aunque está claro que frente al estreno —y su repercusión mediática— las curas quedan fuera de la foto. Pero también es verdad que calan en el civismo. Dibujan una deontología cultural ciudadana. Así, la falta de cultura de mantenimiento que caracteriza a las sociedades menos cívicas se ha vuelto a cuestionar en España. La lección del empacho constructivo, que ha dejado ruinas contemporáneas —como el edificio Veles y Vents de David Chipperfield, insignia de la Copa América y abandonado a su deterioro frente al puerto valenciano—, ha impuesto un ritmo pausado que obliga a cuidar y a reparar antes que volver a partir de cero. Porque nunca se parte de cero.
La reparación tiende un puente entre pasado y futuro que permite a las ciudades beneficiarse de su historia. Ha podido verse en Ciudad de México, donde la calle Francisco I. Madero, escenario de múltiples movimientos sociales, ha sido peatonalizada con un proyecto de Felipe Leal y Daniel Escotto que la reconquista como espacio público y cívico. En ese reto por reutilizar y sumar, el centro cultural Matadero Madrid —que han ido recuperando Antonio Franco, Iñaki Carnicero o Langarita-Navarro— comparte actitud con el puente de Carlos Pereda y Óscar Pérez que comunica el baluarte y el fuerte de San Bartolomé en Pamplona y con la recuperación paisajística de las vías Tram que Eduardo de Miguel y José María Urzelai llevaron a cabo en Alicante. Que esa actitud ha calado lo demuestran inmuebles futuros como el museo de las colecciones reales de Tuñón y Mansilla, en Madrid, un zócalo bajo la discutida catedral de la Almudena que no busca combatirla, sino integrarla en beneficio de la ciudad.
Cuidar la ciudad por encima de sus edificios ha llevado a la recuperación de antiguas fábricas —como Can Framis de Jordi Badía en Barcelona— o cambios de uso —como la central eléctrica convertida por Herzog & De Meuron en sede de CaixaForum en Madrid—. La propia ciudad invita a cuidar un patrimonio que la ignorancia, las modas y un desorbitado ciclo de consumo habían hecho descuidar. Esa manera de trabajar es la que buscan exportar algunos proyectistas que han transformado su vida para dedicarse a sanear otros territorios. Es el caso de Victoria Garriga y Toño Foraster (de AV62), que, tras ganar sendos concursos para levantar el Museo Nacional de Kabul (Afganistán) y para reconstruir el barrio de Adhimiya en Bagdad, no se cansan de reivindicar la necesidad de “cuidar la marca España”: “Es necesario cuidar lo que en España se ha descuidado: la cohesión social, el paisaje, la sostenibilidad, la arquitectura como hecho cultural por encima de bien comercial”, insisten.
Éxodo y nuevos retos
La preocupación que sienten los decanos de los colegios de arquitectos por el creciente éxodo de proyectistas (el 7,5% de un total de casi 53.000 colegiados, según el nuevo sindicato profesional) contrasta con el reconocimiento que, con premios y encargos, reciben cada vez más arquitectos españoles en el extranjero. Más allá de los que dirigen las escuelas de arquitectura en universidades americanas como Princeton (Alejandro Zaera) o Virginia (Iñaki Alday), los propios Garriga y Foraster aseguran que han elegido ciudades tan difíciles como Bagdad o Kabul porque “en esas metrópolis la arquitectura puede ayudar a salir de situaciones inhumanas”. Ese reto retrata a la generación que representan: la de los proyectistas que buscan romper la relación entre arquitectura y poder. Por eso, más allá de exigir el cuidado de lo que se exporta donde apenas queda nada, Victoria Garriga se ha convertido en un azote de políticos, constructoras y proyectistas. Cuando se presentó al concurso para reconstruir Adhimiya buscó una constructora española. Una tras otra le aseguraron que resultaba imposible trabajar allí. Ella, finalmente, entendió que “las grandes constructoras españolas buscan negocio rápido y seguro: les resulta más fácil trabajar para una dictadura que colaborar en la recuperación de una democracia”.
Grado cero
Frente a las constructoras que evitan complicarse la vida, cada vez más proyectistas lo hacen: ya no solo tiran líneas, están empezando a levantar muros. Y algunos han sido capaces de hallar ventajas en el cambio. Con lacasa 712 que H Arquitectes levantó en Gualba (Barcelona), ese estudio aprendió cómo reducir un proyecto a la mitad sin partirlo en dos y constataron que “quitar todo lo que se puede quitar encierra una arquitectura distinta”. Como ellos, los sevillanos Lapanadería demuestran que la crisis económica no se ha traducido en una crisis de ideas. Cada vez hay más arquitectos dispuestos a dejar de ser empresarios y capaces de mover piedras al tiempo que se convierten en constructores físicos —no solo intelectuales— de sus propias obras.
Arquitectos y arquitectura se transforman en España. El tiempo llama a la razón. Y la razón pide esfuerzo y compromiso. Que ese objetivo deje de parecer ingenuo puede marcar un cambio. Después de todo, podría ser liberador no tener que hacer nada más que arquitectura.






Paul Goldberger: “Los miles de edificios sin calidad acabaron con la economía”


Artículo publicado por  en EL PAIS el 16 de octubre de 2012
Premio Pulitzer por su labor como crítico de arquitectura en el New York Times, el historiador Paul Goldberger(Nueva Jersey, 1950) ha explicado Por qué importa la arquitectura (Ivory Press. Traducción de Jorge Sainz) en un ensayo que lleva ese título y que presenta a esa disciplina como un vehículo para sentir y pensar. Dueño de una mirada ecléctica y “poco puritana para ver las cosas” —como él mismo la define— reconoce que cuando eligió la Universidad de Yale para aprender de sus grandes edificios modernos lo que más le sorprendió fue el neogótico de la torre que James Gamble Rogers había levantado en el campus y que nunca había visto en un libro de arquitectura. “No soy dogmático. Hay muy pocas cosas en la vida de las que piense que solo se pueden hacer de una manera. Eso ha condicionado mi mirada. Todavía me cuesta entender a los talibanes de la arquitectura que solo admiten una manera de actuar”, explica en la galería madrileña donde ha venido a presentar su libro.
¿Cómo demostrar que la arquitectura importa a una sociedad como la nuestra, que la relaciona con la avaricia y la especulación? Goldberger sostiene que a veces los edificios mediocres son los que más cosas dicen. “La especulación tiene más que ver con la mala arquitectura que con la buena. En la última generación hemos construido demasiado. Ni nuestros recursos ni nuestras necesidades justifican lo que se ha erigido”, comenta. Con todo, su ensayo habla más de emociones, que de necesidades. “Creo en la arquitectura sostenible como en una necesidad, pero también en el poder de afectar nuestra vida que tiene la arquitectura”. A pesar de esa mirada que juzga el largo plazo de la disciplina, Goldberger acepta reflexionar sobre la culpa de la crítica en las burbujas arquitectónicas. “Hemos hecho demasiado para favorecer y promover la arquitectura espectáculo. Pero aunque sean muy visibles, los edificios de las estrellas no son los causantes de la crisis económica. Por cada edificio excesivo de un arquitecto famoso hay miles de inmuebles sin calidad. Esos miles de edificios sin calidad acabaron con la economía. La prensa no habló de ellos. De eso somos culpables. No de apoyar la arquitectura-espectáculo”.
El autor estadounidense prepara la biografía de Frank Gehry —“autorizada porque él coopera, pero no porque pueda opinar”— y no comparte que el autor del Guggenheim de Bilbao haya terminado parodiando su propia creatividad. “Gehry es autor de un idioma propio y todo lo que haga va a tener un aire de familia, pero rechaza encargos cuando considera que no son oportunidades para exigirse un poco más. Es difícil ser un arquitecto creativo. Si tus trabajos cambian te acusan de inconsistente. Si no lo hacen, de autoparodiarte”, defiende.
El cambio es, admite, la única manera de mantener vivas las ciudades. Sin embargo, las metrópolis se parecen cada vez más ¿Qué se puede hacer? “No es la primera vez en la historia que esto sucede. La monocultura se vence con esfuerzo por mantener las identidades. Cada vez hay más interés en lo original, por eso los lugares que no borren el pasado serán más atractivos. En el último siglo las ciudades han crecido de manera muy parecida entre ellas y muy diversa a como lo habían hecho hasta entonces”, explica. Goldberger piensa que Internet ha cambiado el sentido de la palabra comunidad y por eso “la arquitectura ha dejado de ser el único escenario para la vida humana”. Con todo, asegura que su función sigue siendo antigua: “La creación de lugares y de memoria, lo que constituye lo auténtico en la era virtual, es un reto que deberemos entender”.
Sostiene Goldberger que los arquitectos solo pueden construir lo que la sociedad les permite hacer. Pero admite que “existe un grupo cada vez mayor de profesionales interesados en dejar más huella en el tejido social de la sociedad que en el cultural”. Y es consciente de que ese grupo “se encuentra muy incómodo pensando que su profesión solo les permite firmar espacios para gente rica. Quieren utilizar su talento para mejorar la sociedad”. Frente a ese cambio, el crítico se muestra optimista. Y aunque recuerda que en los sesenta y los setenta hubo movimientos en esa dirección “que generaron mucho diálogo, algunos beneficios y no mucha arquitectura de gran calidad”, los ve regresar más informados y conocedores de las consecuencias de actuar solo planteando problemas. “Hoy hay más posibilidades de hacer las cosas bien. Esta es una de las buenas consecuencias del desastre económico de los últimos años. Estábamos alcanzando un exceso muy peligroso. Corregir eso es doloroso. Pero también lo es seguir construyendo demasiado”.
Sobre las elecciones en Estados Unidos, explica que lo que más le preocupa es la paulatina desaparición de la clase media “en EE UU y en el mundo”. ¿Puede la arquitectura hacer algo? “Como profesión y sola, no. Pero si los arquitectos se atreven a hablar, si colectivamente deciden decir algo y si algunas veces rechazan encargos inapropiados, las cosas pueden cambiar. La construcción ha sido una excusa perfecta para esconder dinero negro y mucha corrupción”. Cuenta que hay quien, sin ser corrupto, diseña o construye pisos para que los clientes blanqueen dinero. “Ese proceder no ayuda a sanear la sociedad ni la economía. No hacerlo rompe un círculo vicioso. Muchos pisos levantados para blanquear dinero permanecen vacíos, destrozan las ciudades y encarecen el coste de los otros pisos. Hay muchas circunstancias hoy en las que creo que el mejor edificio es no hacer ningún edificio. No necesitamos más”.


Sobre la estación del Norte

Artículo publicado por Carmen Pérez-Lanzac en EL PAIS el 18 de octubre de 2012 

"Del abandono a sede de festejos chics"


La majestuosa cabecera de la vieja Estación del Norte es desde hace dos décadas una mole triste y abandonada, un punto gris entre la Cuesta de San Vicente, el Parque de la Montaña y la glorieta de Príncipe Pío. Hace años fracasó un proyecto para convertirlo en un gran teatro (Antonio Banderas y la SGAE estaban entre los involucrados), y desde entonces no tiene más uso que servir de aparcamiento a los empleados públicos de Adif, dependiente del Ministerio de Fomento. Ahí quedaron sus majestuosas bóvedas, sus taquillas o sus ascensores de madera. Eso más la suciedad propia del deterioro y de los años en que vagabundos y palomas lo hicieron suyo.
El vestíbulo de salidas —que mezcla historicismo, modernismo y art déco— se añadió en 1926 a la estación, que cayó en desuso cuando Chamartín la sustituyó como enlace con el norte. Con el tiempo, el frontal se ha ido quedado fuera de las distintas reformas realizadas para construir la estación de Cercanías, primero, y un centro comercial, después.
Hasta ahora la política de Adif había sido mantener esta parte del edificio —declarada Bien de Interés Cultural— cerrada a cal y canto. Pero desde esta semana ha dado un giro a su política: los 6.800 metros cuadrados de la Estación del Norte se ofertan para acoger todo tipo de eventos privados. A cambio, las empresas deberán pagar un alquiler mínimo diario de 1.200 euros por el vestíbulo más 1.000 euros por el aparcamiento y “el compromiso de realizar labores concretas de carácter menor relacionadas con el mantenimiento, limpieza y mejora de la estación”, explican vía email. “En el actual escenario de crisis, una de las principales líneas estratégicas del nuevo equipo gestor es la puesta en valor de todos los activos susceptibles de explotación (...) con el objetivo de obtener ingresos y posibilitar también la obtención de recursos que nos permitan la recuperación del edificio y contribuir a su mantenimiento y cuidado”, informan.

Hacer caja con la estación

La normativa urbanística del edificio solo permite actualmente su uso “terciario recreativo” —espectáculos públicos y teatro— y Adif (Administrador de Infraestructuras Ferroviarias) tiene la intención de alquilarlo pera todo tipo de “eventos, acciones publicitarias y promocionales y presentaciones por parte de empresas”.
De acuerdo a esta nueva política, una empresa privada de autómoviles y otra de bebidas alcóholicas que ya han alquilado el frontal de la estación, vienen realizando en las últimas semanas obras menores de acondicionamiento en el edificio. Además de limpiar parte del interior, están acondicionando el tejado, muy deteriorado y con goteras, han rehabilitado los frontales de las puertas principales “y se han incorporado puertas de emergencia antipánico”. En los próximos días llevarán además un halcón para que ahuyente a las numerosas palomas que hay en su interior.
Así, la semana que viene la marca de whisky J&B va a convertir el frontal en el epicentro de su 50 aniversario. Además de un concierto privado para unos 700 invitados (en el que actuarán Drum killers y Silvia Superestar), la arquitecta Teresa Sapey va a intervenir la fachada con una fantasía de colores mediante telas e iluminación. “Es un proyecto positivista, energético y creativo. Quiero que sea una sonrisa en la ciudad”, dice la arquitecta italiana. “Este edificio es para mí un lujo, es una joya de la arquitectura de Madrid. El arquitecto debe ser respetuoso”, añade. Y puntualiza: “Mi intervención va a consistir en un maquillaje, no en un lifting”.
La Estación del Norte es un edificio de una calidad impresionante”, dice el arquitecto Vicente Patón, de la asociación Madrid, Ciudadanía y Patrimonio. “No me parece mal que se utilice pero es muy importante que se haga sin destrozarlo. Su uso privado se debería realizar con un control estricto por parte de Adif y sobre todo del Ayuntamiento. Lo importante es que lo esencial no lo alteren: las lámparas, las farolas, las maderas... Son preciosas e históricas. Eso no lo pueden tocar”.
“Es la moda, con la crisis ahora todo se alquila”, añade respecto al actual boom en la oferta de todo tipo de espacios públicos y también privados como forma de hacer caja. Patón pone de ejemplo El Patio de Cristales del edificio de Cibeles, el Colegio de Arquitectos o el Archivo Regional de la Comunidad de Madrid. “De tantos que hay, van a romper la gallina de los huevos de oro”, ironiza.

Hasta ahora entrar en esta parte de la Estación del Norte era un tarea casi imposible. EL PAÍS lo intentó sin éxito hace dos años. Sí lo logró el fotógrafo Rubén Morales, a quien Adif pedía 500 euros la hora (acabó pagando 100 euros). También lo logró Álex de la Iglesia, que rodó allí parte de su película Balada triste de trompeta.Juan de la Cruz, autor del blog abandonalia.com también entró, aunque lo hizo sin permiso, colándose. Sus fotos (accesibles desde su blog) muestran el estado del interior de la estación hasta hace poco.
Además de estas intervenciones, la empresa pública de ferrocarriles está realizando estudios para “definir el proyecto de rehabilitación integral del edificio, que precisará posteriormente de la aprobación y financiación necesarias”. Según estos estudios, el coste del proyecto es de aproximadamente ocho millones de euros. “Entretanto se aprueba el proyecto y se consigue la financiación, se está trabajando en la elaboración de un proyecto de explotación a largo plazo para la estación”, informan.
FE DE ERRORES
En una primera versión del texto se decía "funcionarios" de Adif, cuando en realidad son empleados públicos.


jueves, 11 de octubre de 2012

Piensa Madrid


Artículo publicado por María Comes Fayos el 11 de octubre de 2012 en EL PAIS

"Madrid discute ser más ciudadano"
"Es el mejor momento para discutir el futuro de esta ciudad. Los cambios que estamos viviendo lo piden: no solo por la crisis económica, también por la respuesta social”. De este modo, Ariadna Cantis, arquitecta y codirectora junto a Andrés Jaque de la plataforma Piensa Madrid, presentó ayer el título de la discusión de este año: Madrid ahora; y lo que podría llegar a ser. La quinta edición de la iniciativa nacida en 2007 se centrará en redirigir el urbanismo de la capital al compás del cambio social, cultural y económico.
Arquitectos, urbanistas, vecinos, artistas y productores culturales discutieron en el patio de La Casa Encendida el futuro de la ciudad, sus deficiencias y sus múltiples posibilidades en un maratón de intervenciones de ocho minutos, sin pausas: desde las cinco de la tarde hasta las diez de la noche.
La arquitectura es un reflejo de la sociedad; con la crisis se reinventa y deja de ser ostentosa para aprovechar recursos más económicos y sostenibles. Las protestas ahora forman parte de la ciudad y por tanto de su urbanismo. Estas dos ideas fueron parte de la esencia de esta quinta edición de Piensa Madrid, que discurrió entre la ocupación y recuperación del espacio público, pasando por la autogestión y terminando por rechazar la idea de que las Administraciones públicas van a solucionar los problemas de los ciudadanos. “Las Administraciones no nos van a sacar de la crisis, lo hará la creatividad de los españoles”, aseguró José María Ezquiaga, codirector del Proyecto Estratégico Madrid Centro. Ezquiaga también habló de la necesidad de un nuevo Plan General de Ordenación Urbanística, ya que el último fue de 1997. “Es necesario cambiar el modelo de la ciudad y el modelo de gestión”, opinó. Jon Aguirre, arquitecto y miembro del grupo Paisaje Trasversal, fue más allá: “Tratamos de resolver los problemas con herramientas del pasado”.
“Madrid se merece que la pensemos, la discutamos, la escrutemos”, afirmó convencida Cantis frente a un refresco con hielo. Se pudo escapar unos minutos del debate para poder explicar con tranquilidad el nacimiento de la plataforma. “Hace cinco años nos dimos cuenta de que la capital crecía a una velocidad de vértigo y que nadie hablaba de ello”, recordó. Ese fue el motivo de que comenzaran a realizar estas reuniones que van más allá del propio urbanismo, que se mueven por motivos demográficos, culturales, sociales, económicos y políticos. De ahí que en los últimos años hayan aparecido lugares de trabajo colectivo (coworking) y espacios culturales alternativos como la Plaza de la Cebada.
El debate sobre la inclusión en la agenda colectiva de los madrileños fue el más aplaudido. Vecinos de Madrid expusieron sus opiniones y alabaron al 15-M por respectar las diferencias entre los ciudadanos. “La sociedad es un caleidoscopio; es decir: no hay una sola voz. La madurez democrática consiste en saber dialogar”, aseguró el urbanista José María Ezquiaga. Begoña Muragán, socióloga y profesora universitaria, también quiso mencionar las protestas: “Las calles son conexiones virtuales, campos de batalla, y la ciudad es un espacio común: es constructora de democracia”.

martes, 9 de octubre de 2012

SEMANA DE LA ARQUITECTURA DE TOLEDO


La Universidad de Castilla la Mancha UCLM a través de la Escuela de Arquitectura de Toledo eauclmT va a participar activamente en la Semana de la Arquitectura de Toledo junto con la Demarcación de Toledo del Colegio de Castilla la Mancha. Así mismo cuentan con el apoyo y la colaboración de la la Fundación Lafarge.
Las actividades están previstas desde su inauguración el día 17 de octubre hasta su clausura el día 25 del mismo mes, día en que finalizará con la Exposición de la obra de Alejandro de la Sota.

lunes, 8 de octubre de 2012

Los arquitectos premian a 'Vallecas 57' y el 'Águila Alcatel'


Artículo publicado por Europa Press en el Mundo.es el 5 de octubre de 2012

El Colegio Oficial de Arquitectos de Madrid (COAM) ha premiado dos promociones de viviendas protegidas del Ayuntamiento de la capital y el proyecto "Madrid Centro", reconociendo la "calidad, innovación, sostenibilidad y estrategia de futuro" del Consistorio, según ha informado el Ayuntamiento.
Un Primer Premio COAM -ex aequo- recayó en la promoción "El Águila-Alcatel" promovida por la Empresa Municipal de Vivienda y Suelo (EMVS), que cuenta con 20 viviendas en el distrito de Arganzuela diseñadas por los arquitectos Álvaro Soto y Francisco Javier Maroto.
Está formada por cuatro pequeños bloques separados unos de otros para asegurar la ventilación y el soleamiento de todas las estancias.
Otra de las promociones municipales galardonada es 'Vallecas 57', de los arquitectos Teodoro Núñez y Almudena Ribot, que concentra las viviendas en tres bloques con corredores que funcionan como calles interiores.
Las viviendas se iluminan y ventilan a través de entrantes en el volumen exterior, que forman patios abiertos, y las fachadas cuentan con unacelosía de lamas exteriores que adecúan la climatización de las viviendas según su orientación.

Proyecto Madrid Centro

También ha sido galardonado el Proyecto Madrid Centro, en el que ha participado un equipo multidisciplinar dirigido por el arquitecto y urbanistaJosé María Ezquiaga, y que identifica las principales dinámicas del centro de la ciudad y sugiere objetivos y estrategias para posibles intervenciones urbanas en el futuro.
En él, se recogen las aportaciones técnicas de todas las áreas municipales, juntas de distrito, expertos universitarios y miembros de corporaciones profesionales, para definir estrategias generales y específicas de actuación.

Vallecas 57, de Teodoro Núñez y Almudena Ribot

martes, 2 de octubre de 2012

El hipódromo de la zarzuela premio COAM 2012


Artículo publicado en EL PAIS por Mª José Díaz de Tuesta el 2 de octubre de 2012
"Un hipódromo ejemplar"
En una finca de 110 hectáreas de Madrid está una de las piezas clave de la arquitectura e ingeniería del siglo XX, el Hipódromo de la Zarzuela. Pero muy pocos ciudadanos lo saben. O por lo menos eso cree el arquitecto Jerónimo Junquera, cuyo estudio ganó el concurso en 2004 para su rehabilitación y que ahora ha sido galardonado con el primer Premio 2012 del Colegio de Arquitectos de Madrid (COAM). “Esta mañana había muchos japoneses visitándolo, unos 50; todos los años vienen también de la Politécnica de Milán, de Ámsterdam..., pero españoles pocos”, dice para apuntalar su teoría y poner en su justo valor esta gran obra de los arquitectos Carlos Arniches, Martín Domínguez y el ingeniero Eduardo Torroja.
Los dos primeros obstáculos que tuvo que afrontar el estudio Junquera fueron que el edificio cuenta con la máxima protección (BIC), y cómo adecuar un edificio del primer tercio del siglo XX al XXI sin perder las esencias. Experiencia no les faltaba. Es el mismo estudio que rehabilitó la Biblioteca Nacional y, como cuenta Junquera, “en ese caso fue pasar de una época sin luz ni calefacción a llevarlo al siglo de Internet”.
Pero lo más insólito estaba por llegar. El hipódromo que se encontraron nadie sabe a ciencia cierta si fue exactamente el edificio que proyectaron los autores. Ese lapsus remite a la Guerra Civil, cuyo recuerdo ha permanecido hasta hoy, y se han encontrado balas en las cubiertas y obuses en el subsuelo. En 1934 los tres autores ganan el concurso para construir el hipódromo. Cuando a los dos años estalla la contienda, las estructuras de hormigón del ingeniero Torroja estaban prácticamente acabadas y, por si había alguna duda, han quedado los planos del ingeniero. Sin embargo, en 1939, al finalizar la guerra, los arquitectos Arniches y Domínguez son depurados y se van al exilio. Y para colmo desaparecen la documentación y los planos de arquitectura, “el envolvente”, precisa Junquera, que quedaba pendiente.
Los militares acabaron el edificio rápidamente para que las carreras empezaran cuanto antes. “Y siguieron unos planos que se parecen a los que se encontraron del concurso, pero con muchos elementos de dudosa fidelidad y que los autores no pudieron hacer”, apunta el arquitecto. Así que, además de la rehabilitación técnica pura y dura, y muy compleja, quedaban dos aspectos centrales: uno, “sacar la goma de borrar y quitarle muchas adherencias, haciendo una limpieza lo más aséptica posible”; y dos, recuperar su esquema funcional (“la esencia del hipódromo”), del que este edificio es ejemplo: “El caballo por un lado y el espectador por otro, donde el caballo nunca se cruza con el espectador, pero este siempre tiene que ver al caballo”, observa Junquera. Por eso es uno de los hipódromos “que mejor funcionan del mundo”. Hasta el punto, continúa, de que Dominique Perrault, el arquitecto seleccionado para remodelar el hipódromo de Longchamp, en París, ha calcado el esquema de la Zarzuela.
La fidelidad a las esencias les llevó a buscar artesanos que construyeran como en los años treinta. Y los encontraron en Murcia, en los nietos que hicieron los pavimentos y que han mantenido la tradición. Y para recuperar la carpintería de acero (“como se hacía antes y debería ser ahora”) recurrieron a una industria italiana superexquisita. La remodelación, que está sin acabar y sin plazos por falta de presupuesto, ha afectado a las tres tribunas (central, norte y sur) y al restaurante, aún sin terminar. El arquitecto no quiere entrar en la polémica que rodeó a este elemento por carecer de licencia. “En eso, ni entro ni salgo”. Lo que quiere es celebrar esta Semana de la Arquitectura que le ha llegado con el premio y cuya entrega es el próximo jueves, a las 19.00, en la sede del COAM.


lunes, 1 de octubre de 2012

Cuatro proyectos para un nuevo Bernabeu


Noticia publicada en el marca.com por Jorge Sanz el 30 de septiembre de 2012
Es el secreto mejor guardado de la Asamblea, la joya de la corona, el golpe de efecto que preparaba Florentino Pérez para dejar boquiabiertos a sus compromisarios. Los cuatro proyectos que compiten por conseguir la adjudicación de las obras de remodelación del Santiago Bernabéu han sido presentados hoy en la Asamblea a los socios madridistas.
Las cuatro maquetas del estadio han sido celosamente guardadas y sólo unos pocos las han podido ver antes de su presentación este domingo, aunque nadie ha podido fotografiarlas, ya que estaba prohibido entrar con cámaras o dispositivos móviles a la sala donde se custodiaban.
Los cuatro prestigiosos estudios arquitectónicos que compiten por la adjudicación de la obra son Lamela-Populous, Moneo-Herzog&De Meuron, Norman Foster-Rafael de Lahoz y GMT Architekten-L35-Ribas.


[foto de la noticia]