martes, 29 de noviembre de 2011

La primera obra maestra del Museo del Prado

Artículo publicado por Daniel Verdú, en EL PAIS el 17 de noviembre de 2011 


La primera obra maestra que se puede ver al llegar al Museo del Prado es -y se puede ver desde bien lejos-, el propio Museo del Prado. Su enorme contenedor. Así define su director, Miguel Zugaza, lo que representa la construcción del inmueble que proyectó Juan de Villanueva en 1875 para la compleja identidad de la principal pinacoteca española. Y se da la circunstancia que este año se ha hecho coincidir el festejo habitual de aniversario del museo (192 años) con el recuerdo de los 200 años de la muerte de Juan de Villanueva.

Para honrar a su arquitecto, el Prado ha reeditado dos textos sobre el edificio y sobre el trabajo de su arquitecto. El primero (El Museo del Prado. Biografía del edificio) es un denso libro de Pedro Moleón que muestra a través de un rigor y academicismos estrictos y fotografías y planos de la época la historia del inmueble. El segundo es un cuaderno con el texto del arquitecto Rafael Moneo (autor de la última ampliación que ha experimentado la pinacoteca) titulado El museo del Prado de Juan Villanueva, comentado por Rafael Moneo.

Ambos estuvieron el pasado 15 de noviembre en la presentación de los libros y expusieron su visión del arquitecto neoclásico y la historia de cómo éste abordó el proyecto que presentó en 1785 al Conde de Floridablanca y que nunca llegó a ver inaugurado. La idea inicial es que fuera una suerte de museo/archivo de ciencias naturales que iba a erigirse sobre unos terrenos propiedad de la ciudad de Madrid. Villanueva presentó dos proyectos. Uno con gran ornamento y pórticos en la fachada del Paseo del Prado (bastante costoso), y otro más sencillo y sobrio (el que conocemos hoy).
Y ese fue un punto de discusión entre los dos ponentes. Porque Moleón considera que la versión final del museo no corresponde a ninguno de esos dos proyectos y se trata de un tercer proyecto. Moneo, en cambio, rebatió la idea y aseguró que el proyecto que conocemos es prácticamente el mismo que el que se presentó en la maqueta de madera. Además, sostuvo que la sospecha de que Villanueva presentó un proyecto mucho más costoso que otro con la secreta intención de que quedara automáticamente descartado para poder construir el que realmente quería.

En todo caso, el diseño del Prado es una historia de dualidades. "Es la superposición de dos edificios longitudinales que se cruzan. Eso hace que los dos planos tenga la misma importancia. Por eso Villanueva diseñó dos fachadas principales", explicó Moneo. "Y la pieza clave es el ábside, el elemento que comparten los dos edificios", insistió.
Para el autor de la principal ampliación del Prado en sus 200 años de historia, que aumentó su superficie en 22.000 metros cuadrados, Villanueva era una mezcla de "pasión y mesura". "Él era muy consciente de la magnitud del proyecto", recordó Moneo, "en él había una delicadeza y una dulzura carente en el resto de arquitectos neoclásicos".
Para celebrar ambos aniversarios, el museo realizará el día 19 de noviembre itinerarios especiales guiados para conocer a fondo el edificio. Además, y durante toda esa jornada, ofrecerá acceso gratuito a su colección permanente.



lunes, 28 de noviembre de 2011

Soledad Sevilla transforma el Palacio de Cristal en una bóveda celeste

Articulo publicado en el periódico EL PAIS por Ángeles García el 10 de noviembre de 2011.

Pionera en el arte de la instalación, Soledad Sevilla (Valencia, 1944) ha dedicado su obra a indagar en las relaciones entre materia, luz y espacio. Interesada siempre en el mundo de lo intangible, en la paradoja y en lo paradójico, Sevilla sorprende ahora con una transformación radical de uno de los espacios más emblemáticos de Madrid: el palacio de cristal del parque de El Retiro. El antiguo invernadero ha sido transformado en un palacio abovedado de un azul casi añil en el que los signos de puntuación le dan un aire de palacio árabe que mezcla la poesía con la virtualidad digital. Bajo el título de Escrito en los cuerpos celestes, es la obra más monumental de la artista.
Realizada expresamente para este espacio dependiente del Reina Sofía, Soledad Sevilla explica que en un primer momento tuvo un cierto pánico escénico. Había que trabajar con una superficie similar a la de la sala de las Turbinas en la Tate Modern de Londres. Pero era un reto natural porque el espacio es tan inmaterial como suelen ser sus instalaciones. "No soy escultora", precisa, "y por eso no se mirar en tres dimensiones. Pero sí soy pintora y el espacio es para mí siempre un reto. Lo complicado era la idea. Para la realización he contado con los mejores apoyos técnicos".
Manuel Borja-Villel, director del museo y responsable del encargo, describe la instalación como algo frágil, ligero y transparente que deja entrar a la naturaleza. "El cielo está dentro y fuera del espacio. Los elementos lingüísticos que decoran la bóveda apuntan ritmos y diferentes lecturas. Son anotaciones mentales de la autora que quien las contempla puede hacer suyos"







Una imagen de España. Fotógrafos estereoscopistas franceses (1856-1867)

Exposición: Una imagen de España. Fotógrafos estereoscopistas franceses (1856-1867, en el salón de Calcografía Nacional de la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando. Es el espacio en el que la Fundación MAPFRE ha reunido la particular mirada que, gracias al desarrollo de la técnica estereoscópica, difunden de la España decimonómica tres fotógrafos: Joseph Carpentier, J. Andrieu y Ernest Lamy. También participan los editores Ferrier & Soulier y los hermanos Gaudin.

Ante los ojos del visitante se despliega una riqueza de elementos que ofrecen una amplia visión de la estereoscopía: además de la colección de imágenes que permiten al espectador experimentar la tercera dimensión, la muestra cuenta con libros de viaje, documentos sobre la técnica, cámaras y visores. Una suma que arroja un total de 130 piezas.
El primer segmento, El viaje fotográfico a España: el espectáculo de la imagen, presenta un yacimiento de imágenes que enriquecían el imaginario de los consumidores europeos de 1850 a 1860. En El artificio y la explotación de la visión espacial se recogen los esfuerzos y las investigaciones de la visión tridimensional y su aplicación a la fotografía. El cierre es un mosaico de obras que plasman lo más emblemático del país.
El eje central es un panorama del Madrid de mediados del siglo XIX, una vista circular prácticamente completa elaborada por Carpentier a partir de distintas tomas desde la antigua torre de la Iglesia de Santa Cruz. El deleite visual se complementa con reproducciones en gran formato de las fotografías originales y los aparatos ópticos para apreciarlas.
A propósito de la muestra, sus comisarios, Javier Piñar Samos y Carlos Sánchez Gómez, han abordado en la edición especial de un catálogo el desarrollo de la estereoscopía en España. Los especialistas señalan que entre 1856 y 1858 las expediciones de Carpentier, Gaudin y Ferrier pusieron en el mercado más de 500 imágenes. Una década más tarde, Ferrier, Lamy y Andrieu añadieron 600 vistas.
Una imagen de España. Fotógrafos estereoscopistas franceses (1856-1867) abre sus puertas mañana al ojo público. Estará en exhibición hasta el 22 de enero de 2012 en el recinto ubicado en Alcalá 13. Extracto del periódico EL PAIS. 24 de nov de 2011,escrito por Jhovanni Raga.