martes, 4 de septiembre de 2012

Soto y Maroto, viviendas sociales en Méndez Álvaro (Madrid)


Articulo publicado en Arquitectura Viva.com el 3 de agosto de 2012

Estas nuevas viviendas de protección oficial levantadas en el barrio de Atocha, al norte de la calle Méndez Álvaro, proponen una ruptura de la homogeneidad de los bloques construidos en la zona. Paralelo al trazado del ferrocarril en su llegada a la estación de Atocha, el solar es medianero con un edificio de viviendas al oeste, constituyendo juntos la última línea de construcción urbana al sur de las vías.
La variación formal con respecto a otros bloques y la influencia del trazado férreo son los factores principales que determinan la volumetría del edificio. La morfología del solar permite aplicar el modelo de vivienda pasante de doble orientación, pero la relación de las viviendas con el exterior varía según la altura a medida que disminuye su cercanía a las vías, por lo que se plantea la inclusión de otro tipo para los niveles superiores: un modelo de vivienda aislada que repropone el ático con terraza para VPO. La inserción de este modelo en las plantas altas fragmenta la linealidad de las fachadas, creando un skyline de escala reducida que remata el contorno del bloque. La brecha vacía de las vías de tren permite tomar perspectiva suficiente para observar este perfil desde la distancia, resaltando entre las cornisas lineales y unitarias.
Por su parte, los acabados del edificio se ordenan según una escala de percepciones a larga y corta distancia. La elección del material exterior —piezas de aluminio extrusionado en dos colores— responde a la condición de borde urbano, buscando la percepción abstracta sobre el observador a larga distancia. El color de las piezas de fachada se oscurece en los planos retranqueados de las últimas plantas para romper visualmente su continuidad, reducir la escala y reforzar la verticalidad en el perfil lejano. La envolvente del bloque se realiza con un sistema constructivo unitario para optimizar costes y rendimientos. Las fachadas son ventiladas con doble aislamiento, y responden a su orientación con mayor o menor apertura de huecos.
Sin embargo, en el contacto cercano con el edificio se ha buscado la calidez de materiales más tradicionales como la madera. Los portales de acceso, considerados como puntos de encuentro e identificación de la propia casa con el plano urbano social, son diferentes para remarcar una identidad individual y escapar de la percepción de vivienda en serie. Entre ellos, un amplio espacio vacío y cubierto sirve para ponerlos en relación con el suelo público; este colchón de aire pretende ser un escenario para la vida y encuentro de la comunidad.

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